Todas las claves para que los niños descansen mejor

Un estudio de la organización mundial de la salud (OMS) aconseja que durante la educación primaria los niños duerman unas 10 u 11 horas de media al día, ya que esta etapa resulta clave para el futuro desarrollo de los niños y niñas.

Generalmente, es conocido que los adultos deben dormir una media de 8 horas al día. Con independencia de que se pueda pasar alguna noche sin dormir o durmiendo bastante menos, está demostrado que una falta de sueño continua afecta tanto físicamente y psicológicamente.

En el caso de los niños y niñas de Educación Primaria, éstos suelen ser muy activos y su nivel de desarrollo es frenético, por lo que se deben seguir unos hábitos a la hora de dormir si queremos evitar problemas con nuestros hijos e hijas, los cuales suponen un riesgo mucho mayor que en la etapa adulta.

 

niños duerman

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La importancia de que los niños duerman bien

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El hecho de que las familias consigan que los niños duerman 10 u 11 horas es clave para el correcto desarrollo de los mismos. Pero no solo se debe conseguir que el niño o niña permanezca en la cama durante ese tiempo, sino que el sueño debe ser ininterrumpido, de calidad y que respete todas las fases en las que se divide el proceso de dormir.

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Beneficios que se producen cuando los niños duerman bien

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  • Aumento y mejora del rendimiento escolar general
  • Mayor fuerza y vitalidad durante todo el dia
  • Mejora de la atención y concentración en clase y fuera del colegio
  • Disminución de los síntomas del TDAH
  • Mejora de las facetas cognitivas, inteligencia y creativas de los niños y niñas
  • Desarrollo y mejora de la memoria
  • Mejora de las relaciones sociales
  • Control del metabolismo, desarrollo de peso y altura equilibrado

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Detección de problemas cuando los niños duerman mal

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Aunque no existe un patrón de sueño común para todos los alumnos, debemos detectar si a los niños y niñas les cuesta conciliar el sueño, si se encuentran muy cansados durante todo el día o si se despiertan de manera continuada durante la noche.

  • Malos hábitos: Como nos ocurre a los adultos, los peques de la casa pueden tener problemas para dormirse, aunque por lo general pidan siempre estar despiertos. Si nos encontramos con hábitos donde no preparamos al cuerpo de los niños y niñas para darle descanso y no establecemos una serie de pautas rutinarias (Leer un cuento, encender la luz o dar un beso de buenas noches), podremos tener problemas para que concilien el sueño.
  • Estrés: La rutina ofrece seguridad y permite que los niños duerman bien. Si existen problemas y discusiones familiares continuas, miedos infantiles, problemas a la hora de establecer horarios o activamos a los niños durante las noches, los niños mostrarán estados de ansiedad y nerviosismo que expresarán a través del llanto, conductas inapropiadas y negación para irse a la cama, lo que propiciará que los niños no duerman bien.
  • Siestas: En los casos en los que los peques presentan problemas para conciliar el sueño nocturno, es necesario analizar si los niños y niñas duermen largas siestas durante la tarde, ya que esto afectaría a las rutinas y hábitos nocturnos.
  • Insomnio pediátrico: Existen otro tipo de problemas que pueden ocasionar una irregularidad del sueño: alergias, enuresis (niños que se hacen pis por la noche), toma de medicamentos, enfermedades de tipo crónico o la hiperactividad, cuyo síntoma más característico es que los niños con esta problemática se despiertan muy frecuentemente y se muestran muy inquietos durante el sueño.

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Consejos a tener en cuenta para que los niños duerman bien según la OMS

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  • Establecer rutinas de sueño, que incluyan pautas de relajación antes de dormir, lectura y un horario fijo para irse a la cama.
  • Evitar la televisión y el uso de videojuegos por la noche
  • Proporcionar a los niños y niñas una buena cama infantil, que favorezca el descanso total.
  • Utilizar un pijama confortable y controlar la temperatura de la habitación (que no haga ni frio ni exceso de calor)
  • No ir a la habitación del niño o niña cada vez que nos lo pida, se queje o llore, ya que fomentará los malos hábitos que se creen.

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El método Ferber como solución a los malos hábitos para que los niños duerman bien (Válido para niños más pequeños)

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Este método consiste en que el niño o niña aprenda por sí mismo a dormirse sin que los padres y madres estén durante el proceso, ya sea al acostarse o al despertarse a media noche. Se recomienda empezar a emplear esta técnica durante el fin de semana, ya que las primeras noches dormirán peor.

Pasos a seguir:

  1. Colocar al niño o niña en su cama con los objetos, peluches o juguetes que más le gusten. De esta forma, le acostumbraremos a dormir junto a determinados objetos que estén asociados al sueño, y si el pequeño o pequeña se despierta en mitad de la noche, podrá volver a conciliar el sueño sin problema.
  2. La temperatura debe ser agradable. La habitación debe ser tranquila y debe permanecer sin luz.
  3. Los padres y madres deben permanecer con los niños y niñas solo hasta que estén tumbados de forma relajada. En ese momento, los padres deben abandonar la habitación.
  4. Si nuestro hijo o hija empieza a llorar no se debe acudir al momento. Se deben esperar al menos 2 minutos para volver a la habitación a confortar al pequeño/a, permaneciendo en la habitación con el niño o niña tumbado/a hasta que vuelva a estar tranquilo/a.
  5. Si se produce un nuevo llanto, el tiempo para acudir a la habitación será mayor (ejemplo de 3 a 5 minutos), y se repetirá de nuevo el paso anterior.
  6. El proceso se repetirá continuamente. Durante la primera noche se debe acudir a la habitación siempre durante los primeros 5 minutos, ya que estaremos llevando a cabo una nueva estrategia para que los niños duerman bien y se necesita un proceso de adaptación.

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Durante la primera noche en la cual se lleve a cabo este proceso, el proceso de lloro puede durar varias horas. Para obtener los resultados esperados, se deben seguir estas pautas a rajatabla todos los días, involucrando en el plan a todas las personas que se encarguen de cuidar al niño o niña. Según vayan pasando los días, el tiempo para ir a tranquilizar al niño debe ser cada vez mayor.

Los padres y madres no deben exteriorizar ningún tipo de frustración o irritación, ya que los niños y niñas deben sentirse comprendidos por sus familias. A partir de la tercera noche, empezaremos a ver los resultados positivos del tratamiento, ya que los niños y niñas aprenderán a quedarse dormidos por sí solos.

Para más información, consulte esta página.

 

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